16 noviembre 2010

3 días y pico en Estambul, febrero-marzo 2008

Muy a nuestro pesar en esta ocasión viajamos con un mayorista, Polytours, porgue no conseguimos una buena combinación de vuelos desde Sevilla. Volamos con la compañía turca freebird, y nos alojaremos en el hotel Antik, del que hemos leído críticas de todo tipo, algunas realmente destructivas..veremos que ocurre...

Nuestro itinerario
Miércoles, 27.  Sevilla - Estambul 
Jueves, 28. Estambul.  Santa Sofía, Mezquita Azul, La Cisterna, Gran Bazar y Bazar de las Especias

Viernes, 29.  Estambul.  Palacio Topkapi, barrio de Galata , Gran Bazar y Bazar de las Especias
Sábado, 1. Estambul.  SultanamedUskudar, Eyüp
Domingo, 2. Estambul - Sevilla

Presupuesto aproximado (2 personas)
Avión + hotel: 1.200 €
Comidas (6): 300 €
Visitas monumentos y traslados: 80 €
Total por persona: 780 €

Cambio
Es preferible cambiar en Estambul y mejor en las oficinas de cambio que en los bancos. No cobran comisión y ofrecen un buen cambio, aunque hay pequeñas diferencias de unas a otras. El cambio varia cada día. En 3 días hemos cambiado a 1'75, 1'78 y 1'81 TRY/€.

Compras
La ciudad es un paraíso para quien le guste ir de compras. Además de en el Gran Bazar donde puede uno pasarse el día de compras hay multitud de tiendas por toda la ciudad. Y algunas con muy buen gusto. Se puede encontrar de todo, pero a nosotros nos gustaron algunas tiendas de alfombras y artesanía en Sultanamed, librerías y papelerías en la calle Yeniceriler Caddesi, lámparas en la tetería Çorlulu y, por supuesto, el Gran Bazar y el Bazar de las Especias. Hay que regatear en todas partes y el precio obtenido  depende de la habilidad de cada uno, aunque es difícil no tener la sensación de que se podría haber conseguido más barato.

Precios
En general, podría decirse que es un poco más barato que España, aunque en las zonas turísticas la diferencia no es tan notable. En los restaurantes la cerveza, y más aún el vino, encarecen notablemente las comidas.

Direcciones útiles
Generales
http://cemberlitashamami.com.tr    (baños turcos)
http://img155.imageshack.us/img155/2548/img013bu2.jpg  (horario ferrys Eyüp)


Alojamiento

Transportes
Casi todo se puede hacer a ple, y cuando aprieta el cansancio o se dispone de poco tiempo, el tranvía es la mejor opción. Rápido, puntual y con una frecuencia de 5 minutos durante el día, cruza la ciudad de punta a punta en una sola línea. Además es muy barato (1'20 TRY,  liras turcas)



Nuestro viaje, día a día

Miércoles, 27.  Sevilla - Estambul
Después de 1 hora de retraso, la mitad dentro del avión, y sin ninguna explicación, despegamos rumbo a Estambul. Los últimos 3 días las noticias que llegaban de Turquía nos mantuvieron en vilo, desde que nos enteramos que el día 22 tropas turcas habían penetrado en el Kurdistan iraquí y que se libraban graves combates con milicianos del PKK kurdo, con un importante numero de bajas por ambas partes. Las noticias en la embajada eran tranquilizadoras y eso, unido a las ganas de ir, hizo que nos convenciéramos de que es mucho más probable tener un accidente de cualquier tipo cerca de casa que verse involucrado en una acción terrorista, así que aquí estamos, en un avión larguísimo, hasta los topes, y con unos poquitos centímetros para las piernas. Es el avión más incómodo en el que hemos viajado.
Una vez en tierra, un autobús nos espera para llevarnos al hotel sin tiempo para nada más que irnos a dormir.


Jueves, 28.  Estambul
Finalmente el hotel no está tan mal. Es un hotel de 4 estrellas, turcas, y se corresponde con lo que cabía esperar, teniendo en cuenta que su precio, en internet, es de 60 a 70 €. Seguramente habrá habitaciones que merezcan las críticas aludidas, pero la que nosotros ocupamos es correcta, pequeña, pero no agobiante, limpia y con una cama muy cómoda. Baño también pequeño pero suficiente, con una ducha con mucha presión y fácil de regular, aunque es fija y está tan baja que si mides mas de 1'60 tendrás que lavarte la cabeza agachado. El desayuno es variado aunque con productos de mediana calidad, especialmente el te y el café. A favor que se desayuna en una terraza con bonitas vistas sobre el mar de Marmara.
La situación es muy buena, a 5 minutos del Gran Bazar y a 10 de Sta. Sofia y la Mezquita Azul, andando en ambos casos. Además a 50 m para hay una parada del tranvía.






Nuestra primera visita fue Santa Sofía. Después de ver tantas veces la imagen de la catedral en los libros de historia resultaba un tanto familiar. El interior es grandioso, a pesar de las obras que había en alguna zona. El entorno de la entrada principal, sin apenas espacio y muy próxima a una calle con bastante tráfico pierde un poco de espectacularidad, a lo que ayudaba el material de las obras que se acumulaba en esa zona. 
La silueta de la catedral quedaba a nuestras espaldas mientras al frente teníamos la otra imagen característica de Estambul, la Mezquita Azul  (Sultanamed Camii). Los 6 minaretes que coronan la mezquita la dotan de un perfil espectacular desde cualquier parte que se mire. Cuando en 1609 se iniciaron las obras se acusó de presuntuoso al promotor, el sultán Ahmed, por construir una mezquita con tantos minaretes como la Kaaba, en La Meca. El sultán zanjó el problema construyendo  un séptimo minarete en la mezquita de La Meca. Para entrar es preciso descalzarse, así que cuidado con los calcetines que os ponéis esa mañana... Resulta curiosa la enorme fila de grifos en el patio con un pequeño banco dispuesto para lavarse los pies. El interior es precioso. El suelo está totalmente cubierto por una gran alfombra de una limpieza impecable. Alrededor 260 ventanales, en 5 niveles reflejan la luz en los más de 21.000 azulejos usados en su construcción, de color azul, de ahí el nombre.







Al salir de la mezquita, paseando por los jardines exteriores se disfruta de la espectacular panorámica de los dos monumentos mientras nos dirigimos a la Cisterna de Yerebatan , a escasos minutos de la mezquita. Construida en el año 532, recoge el agua que llegaba desde fuentes y ríos del bosque de Belgrado, distante unos 25 km, y que permitía resistir durante los asedios de los enemigos. Es un lugar diferente, una especie de catedral inundada y bajo tierra, con 336 columnas de unos 8 m de altura. Dos de ellas reposan sobre unas extrañas cabezas de Medusa (el monstruo mitológico), una colocada hacia abajo y otra de lado. Sobre su significado hay hipótesis de todo tipo, Hasta quien dice que se echaba mano de cualquier material de construcción.



Después de tanta actividad cultural necesitábamos reponer fuerzas y para ello nos vino muy bien el restaurante house of medusa, muy próximo a la cisterna. Es un lugar muy agradable, con una terraza al aire libre y pequeñas y coquetas salas distribuidas en las 3 plantas del interior. Allí probamos nuestros primeros platos turcos: cordero, rollitos con hojas de parra, hojaldre con pistachos o  yogur con ajo, menta y aceitunas negras.

Por la tarde nos adentramos en el impresionante Gran Bazar (Kapali Carsisi), en donde puedes encontrar cualquier cosa que imagines. Artesanía, alfombras, joyas, seda, electrodomésticos... todo con un colorido alucinante. Desde luego es imprescindible el regateo aunque, afortunadamente, la presión de los comerciantes es mucho menor que en Marruecos. En muchos locales puedes curiosear sin que nadie te presione constantemente como nos había ocurrido en Marrakech. Si muestras un mínimo interés enseguida te invitará a un té mientas te decides. El idioma no es ningún problema porque un gran número de vendedores hablan un español más que suficiente para entenderse.




Justo al lado del Gran Bazar está el Bazar de las Especias, todo un mundo de colores, olores y sabores. Difícil salir de allí sin comprar nada.

Enseguida estábamos en el puente Gálata, con dos niveles, el inferior de los cuales está repleto de restaurantes aunque no nos parecieron especialmente atractivos. Al otro lado del puente está  Beyoglu, en donde se encuentran los principales puntos comerciales con un estilo de vida occidental. Recorrimos parte de la calle principal, Istiklal Cadddesi, y acabamos en una de las bocacalles en que hay varias pescaderías que permanecían todavía abiertas.
Nos llamó la atención ver como unos camareros salían con el pescado en bandejas y siguiéndolos nos encontramos en una especie de calle interior repleta de restaurantes que se disputan a los posibles clientes. Es el pasaje Cicek Pasaji (Pasaje de las Flores), de estilo rococó, construido en 1876. Cuando te decides por un restaurante te encuentran sitio como sea, lo que puede suponer ciertas estrecheces. Una vez instalado el camarero te presenta una enorme bandeja llena de entrantes de todo tipo para elegir. Nos decidimos por una mezcla de berenjenas, yogur y picante rojo. La carta está basada en pescado, que te traen desde las pescaderías próximas para mostrártelo antes de cocinarlo. Algunos músicos locales amenizan la velada en busca de una propina. Afuera había comenzado a llover con fuerza por lo que poco a poco el pasaje se fue llenando.
Hicimos el camino de vuelta bajo la lluvia hasta Eminönü, en donde cogimos el tranvía para volver al hotel.

Viernes, 29.  Estambul
Salimos del hotel dando un paseo para disfrutar de la ciudad hasta el Palacio de Topkapi (10 TRY). De camino se nos acercaron algunas personas para ofrecerse como guía o proponernos algún paseo en ferry, algún restaurante... Nos resultó curioso que casi todos se dirigían directamente a nosotros en español, aún sin oirnos hablar. Uno de ellos nos dijo que era muy fácil identificar a los españoles e italianos porque siempre vestíamos con ropas muy alegres (a saber..). El palacio, construido en 1453, para residencia oficial del sultán, es un gran museo en el que se pueden visitar muchas habitaciones. Tiene unos bonitos jardines desde los que se puede gozar de unas preciosas vistas sobre el Bósforo. Nos llamó la atención una de las salas en las que se exponían una alucinante colección de objetos de oro y piedras preciosas (hasta una cuna) y también algunos objetos sagrados del Islam, como la barba y la impresión del pie de Mahoma. También se puede visitar el harem, pero la entrada se paga aparte y cierra unas horas al mediodía, lo que nos impidió la visita.
Desde allí nos fuimos a Eminönü, donde hay unos barcos desde los que se venden bocadillos de caballa, aunque a nosotros no nos sedujo especialmente por lo que seguimos de largo.  Un tranvía nos llevó hasta la hasta la Plaza de Taksim desde donde iniciamos un tranquilo paseo por la animada calle peatonal Istiklal Cadddesi. Allí se encuentran un gran número de tiendas que se pueden encontrar en cualquier otra ciudad occidental europea. Para abandonar tanto ambiente occidental entramos a comer en un cuidado kebab.


Callejeando por Beyoglu llegamos a la torre Gálata, aunque no subimos, y continuamos hacia el puente Gálata. Lo cruzamos ahora por el nivel superior, repleto de gente con cañas que pescaban desde allí. Entre los peces que más se veían en los cubos pudimos reconocer los jureles.



Volvimos a pasar por el Bazar de las Especias y por el Gran Bazar, donde estuvimos curioseando sobre todo en la zona de las librerías en las que se venden preciosos grabados de libros antiguos.

No lejos de allí, está la tetería Çorlulu Ali Pasha Medresesi, en la calle Yeniçeriler Caddesi (es la calle Divanyolu, que en este tramo cambia de nombre). En la entrada hay un jardín con un montón de tumbas y dentro hay una zona interior, que estaba repleta de turcos viendo un partido de fútbol, y un patio muy animado en el que puedes fumarte una pida de agua: un narguile o cachimba. Aunque no somos fumadores pedimos una con tabaco de sabor a manzana que nos encantó. Tanto que después nos fumamos otra. Un par de turcos se pusieron a charlar con nosotros y pasamos allí más de 2 horas sin darnos cuenta. Tanto el té como el narguile es muy barato. También hay algunas tiendas en las que puedes comprar todo tipo de utensilios para el narguile. Estuvimos a punto de comprar una pipa aunque finalmente no nos decidimos y únicamente compramos algo de tabaco. Por cierto, que a los pocos días vimos en Sevilla el mismo tabaco por un precio similar y las mismas cachimbas bastante más baratas que el precio que nos pedían. Aunque la gente de la tienda parecía muy enrollada y se podía regatear, está claro que intentaban clavarnos todo lo que pudieran. En la entrada de la tetería también hay una tienda de lámparas que tenía muy buenos precios, al menos comparados con los que habíamos visto en el Gran Bazar. Nuestros compañeros de narguile nos habían hecho algunas recomendaciones para cenar y decidimos seguir sus consejos, por lo que de allí salimos hacia el restaurante Balikci Sabahattin. Es un local con varios niveles y un comedor acristalado exterior, lleno de mesas por todas partes. La clientela es fundamentalmente local. Su especialidad es el pescado, con fama de ser muy fresco. Servicio muy diligente y una buena comida por unos 30 € por persona, cerveza incluida. El vino aumenta un poco la cuenta.


Sábado, 1.  Estambul









El barrio de Sultanamed, en el que habíamos cenado la noche anterior, nos había causado muy buena impresión por lo que decidimos darnos una vuelta por allí. Y no nos habíamos equivocado. Es una zona muy tranquila con muchos pequeños hoteles muy acogedores, restaurantes, tiendas de alfombras y hasta un pequeño bazar. Todo esto le da a las calles un aire muy atractivo. También en esa zona está el precioso hotel Four Seasons, del que estuvimos visitando las zonas comunes y que cuenta con una terraza con unas vistas espectaculares.

Desde allí fuimos callejeando hasta el muelle, en Eminönü, desde donde parten tanto los barcos turísticos como los que hacen rutas de transporte. Varias personas se acercaron para ofrecernos paseos por el Bósforo por un precio que rondaba los 20 €. Después de comprobar lo que nos ofrecían vimos que se podía hacer algo similar con los barcos de transporte, así que tomamos uno que nos pasó, por 1'20 TRY,  a la parte asiática de Estambul, a Üsküdar en la zona de Kuzguncuk. Nuestra primera incursión en Asia!! (y de momento única, habrá que ponerle remedio). Es un atractivo barrio con un aire bohemio, mucho más tranquilo que la zona europea y mucho más barato. Allí comimos en un kebab antes de volver a Europa. El viaje de vuelta, cuando empezaba a atardecer proporciona unas preciosas vistas de la ciudad con un sinfín de minaretes recortándose en el cielo mientras el sol le da un aspecto plateado al mar de Mármara.

Una vez que desembarcamos, para cruzar al otro lado de la avenida hay un pasadizo que es todo un mundo. Está repleto de comercios de todo tipo, zapaterías, electrodomésticos, relojerías, electrónica, bazares... y una cantidad increíble de personas que compran, curiosean o simplemente cruzan por el subterráneo. No es un sitio apto para personas con claustrofobia.

Volvemos en busca de un barco que nos llevará ahora por el Cuerno de Oro  hacia Eyüp, en dirección noroeste (Eyüp Ensari fue el portador del estandarte de Mahoma). El Cuerno de Oro es el estuario en forma de cuerno que desemboca en el Bósforo y divide la parte europea de Estambul en la ciudad vieja y la parte de Gálata. El embarcadero está casi enfrente de la mezquita de Rustem Pasa, tras un edificio con un cartel en el que pone ZINHAN KEBAP HOUSE. El billete cuesta alrededor de 1'35 TRY. Es un corto viaje, muy bonito, con 7 paradas a un lado y otro del cuerno de oro. El viaje de vuelta al atardecer permite unas vistas estupendas. Poco antes de llegar vimos una gran mancha gris sobre la ladera de la colina hacia la que nos acercábamos. Pronto descubrimos que se trataba del cementerio.
Subimos a lo alto de la colina en un funicular  que nos dejó muy cerca del Café Pierre Loti, un lugar muy atractivo con una terraza que  ofrece una inigualable panorámica del cuerno de oro. Pierre Loti (Rochefort, 1850- Hendaya, 1923) fue un novelista francés, gran entusiasta de la cultura y costumbres de los países de oriente. El te costaba menos de 1 TRY. Después de disfrutar del te y de las vistas iniciamos el descenso a pie por un cuidado camino empedrado a través del cementerio. Hay tumbas por todas partes, nada ostentosas, con una discreta cabecera de mármol y tierra sobre la que crece la hierba o plantas más o menos cuidadas por las familias, que los fines de semana van a pasear por el cementerio y a comer allí como si de un parque se tratase. Es uno de los cementerios más peculiares que hemos visto.
Desde allí nos fuimos a la hermosa mezquita de Eyüp, la primera construida después de que los turcos tomaran Constantinopla. Su interior es magnífico, con decoraciones en oro, elegantes candelabros y alfombras que cubren todo el suelo. Eyüp es una de las zonas más religiosas de Estambul y se nota en la calle. Aquí se ven muchas mujeres con el burka, que apenas habíamos visto en Sultanamed y Beyoglu. Para volver al centro de la ciudad hay muchos autobuses, unos que van por el interior y otros bordeando el cuerno de oro. Nos subimos al primero que pasó y cuando nos dimos cuenta estábamos en el barrio de Fatih. Llevábamos una media hora en el autobús porque había mucho tráfico, así que decidimos bajarnos a dar una vuelta por el barrio. Es una zona islámica ortodoxa y eso se reflejaba también en la calle. Había muchos comercios y nos llamó la atención alguno con maniquíes en el escaparate vestidos con ropas de mujer tradicionales, incluidos los pañuelos de la cabeza. También nos pareció chocante el que alguna peluquería expusiera distintos tipos de pelucas y peinados, teniendo en cuenta que todas las mujeres llevaban la cabeza cubierta. Pensábamos coger un autobús pero algún edificio a lo lejos nos resultó conocido y vimos que estábamos muy cerca de la Universidad, por lo que seguimos andando hasta la tetería Çorlulu que tan buen recuerdo nos había dejado y nos fumamos otra narguile con un par de tes.
Antes de cenar nos dimos un pasea por la estación de Sirkeci, cuyo edificio principal se inauguró en 1890 coincidiendo con la prolongación del mítico Orient Express hasta Estambul que, en sus mejores épocas, unía esta ciudad con París. En la estación hay un atractivo restaurante de nombre Oriente Express, pero nosostros nos decidimos por un restaurante en Sultananmed de cocina griego-turca (no recordamos el nombre), dispuesto en pequeñas salas que se distribuyen en 3 plantas, algunas con chimenea, que además de ambientar se agradecía. Unas velitas en la mesa le daban un aire muy íntimo. Buena comida a buen precio.
Un breve trayecto en el tranvía nos dejó casi al lado del hotel.

Domingo, 2.  Estambul - Sevilla

Como teníamos algo de tiempo nos dimos un último paseo hasta Sultanamed para disfrutar del barrio que empezaba a despertarse y despedirnos de la ciudad con las vistas de los perfiles de Santa Sofía y la Mezquita Azul.





Ya solo quedaban unas horas de estrecheces en el avión antes de llegar a casa...

1 comentarios:

Fernando dijo...

No alcanza!!! Es una ciudad para estar un mes (evidentemente si da el presupuesto y el tiempo).
La primera vez que fui también estuve pocos días, la segunda vez pude quedarme más y la conocí bien y me fascinó.
Cuando uno vuelve a ir ya sabe bien cómo organizarse, cuáles son los mejores hoteles en estambul, cuánto tiempo llevan los traslados y todo.
Espero que puedan volver algún día con más tiempo!!!
Saludso